Como encontrar el momento perfecto para empezar a cambiar tus hábitos
Ser cada día mejores es parte de nuestra naturaleza. Todos tenemos la mejor intención de convertirnos en una persona más saludable, con más energía, más productiva y por supuesto más satisfecha con la vida.
Estoy segura de que tú también quieres convertirte en una mejor versión de ti mismo. Pero entonces, ¿por qué no estas tomando acción?
Probablemente, solo estas en búsqueda del momento perfecto para empezar. Tiempo en el cual todo estará a tu favor y lograrás mejorar tus hábitos sin excusas y con los mejores resultados ¿cierto?
En este breve artículo quiero contarte cómo puedes encontrar ese momento ideal para tomar acción.
“Escoger un camino significa abandonar otros. Si pretendes recorrer todos los caminos posibles acabarás no recorriendo ninguno” Paulo Coelho
No quiero detenerte leyendo mucho tiempo. Este artículo es simplemente un llamado para tomar acción inmediata.
Estoy completamente segura de que al llegar al punto final, empezarás a dar el primer paso para empezar a mejorar tu vida.
Pero antes, déjame contarte una curiosa anécdota.
Hace algunos meses en una cena de amigos, recibí una pequeña pero gran lección de vida.
El padre de uno amigo, al vernos todos reunidos corrió a un armario y desempolvo una botella de vino. Acudió con mucha ilusión a la mesa en dónde estábamos. Sonrío y dijo en voz alta:
-“Tengo más de 20 años con esta botella de vino, y la he estado guardando para un momento especial. Pero, llevo tantos años esperando ese momento que simplemente decidí que hoy es el día”
Todos nos alegramos, aplaudimos y nos servimos un poco de vino para brindar. Segundos después nos miramos con desilusión.
El vino se había avinagrado. No se había conservado correctamente y sabía muy mal.
Sentí un poco de nostalgia, tantos años esperando el momento perfecto. Y cuando se pensó que ya era el momento… no lo era.
El trago amargo de esa noche (literalmente), me dejo pensando profundamente en el tema.
¿Qué paso por la cabeza del señor para elegir un momento oportuno? ¿Sus cumpleaños durante los 20 años no fueron una buena oportunidad? ¿Navidad o año nuevo no fueron ocasiones especiales? ¿Qué tenía que reunir ese gran momento tan esperado?
Después de darle muchas vueltas en mi cabeza, llegue a la conclusión de que no era la falta de oportunidades lo que posponía abrir la botella. Se trataba simplemente de un problema de decisión.
Todos tenemos problemas para decidir. El veredicto final tiene un toque de permanencia que sin duda, aterra a cualquiera.
Vivimos esperando el momento perfecto
Es curioso ver que vivimos esperando el momento perfecto para todo: para bajar de peso, para dejar de fumar, para retomar el ejercicio, para aprender algo nuevo, hasta para dar el primer beso. Y la lista es interminable.
Existe una paradoja que ilustra este concepto, se llama: “El burro de Buridán”. Es un dibujo sobre una situación hipotética en la que un burro tiene hambre pero también tiene sed y se coloca exactamente en medio de una pila de heno y un cubo de agua. El burro, incapaz de elegir entre las dos opciones, se muere de hambre (o de sed).
Como el burro, nosotros también entramos en una especie de “parálisis análisis” en donde preferimos no dar ningún paso hasta no estar seguros de que es el momento de empezar. Porque empezar es mucho más difícil que avanzar.
De ahí la frase que escuche alguna vez: «Algo que se puede empezar cualquier día es probable que nunca se empiece«.
Y aunque de verdad creas que empezar mañana suena como un buen plan, no lo es. Porque mientras más mañanas se acumulen, más difícil se vuelve empezar.
La única verdad es que, este deseo de buscar el momento perfecto solo es una gran excusa para posponer el cambio.
He escuchado excusas como: “Claro que quiero comer más saludable, pero después de vacaciones”, “Empezaré a hacer ejercicio cuando mis hijos estén un poco más grandes”, “Cocinaré en casa cuando me jubile y tenga tiempo”…
O la peor excusa de todas: “Empiezo el lunes, espera… el lunes es feriado; entonces tendré que empezar de este lunes al otro”.
De una u otra forma, logramos convencernos a nosotros mismos de que el mejor momento está por llegar. De que no es necesario decidir ahora porque por alguna razón (mágica) en el futuro seremos más productivos, estaremos más motivados, tendremos más energía… en fin, será un momento ideal.
Esta es la verdadera razón para evitar el momento de empezar
No es la falta de fuerza de voluntad o la poca disciplina lo que te impide empezar. La única razón para evitar decidir y empezar es: el miedo.
El miedo de arrepentirnos, miedo a lo desconocido y sobre todo el miedo a fracasar.
Como dice la frase al inicio del artículo: decidir significa descartar todos los demás caminos para seguir por uno solo.
Y ¿cómo puedes saber que ese camino es mejor que los otros? , peor aún ¿cómo puedes saber que es el momento de elegir un camino? ¿y si no es el correcto?
Todas estas preguntas nos recorren la cabeza como hormigas y posponen eternamente el momento de decidir empezar. Seguramente has sentido esa mezcla entre nervios y ansiedad cuando el momento de empezar se acerca cautelosamente.
Hoy quiero quitarte la venda de los ojos. Te guste o no la idea, todos los días estas tomando decisiones.
Tal vez elegir entre un cappuccino o un latte no te cambiará la vida. Pero al final estas pequeñas decisiones le dan forma a tu rutina y definen tu futuro.
Pensar en que siempre estamos decidiendo, alivia el miedo y la duda de definir si es o no el momento correcto.
Todas las decisiones (incluso las más simples) tienen consecuencias. No importa que tan saludables o que tan malas sean.
-Si decido despertarme cada día a las 6 am lograré trabajar más pero al mismo tiempo tendré que dormir a las 10:00 pm y saltarme el noticiero de la noche en consecuencia-
-Si decido ver la telenovela de la noche seguro que la disfruto, pero al mismo tiempo me sentiré agotado durante el día-
Tus hábitos son los arquitectos invisibles de tu vida diaria
Cuando te despertaste hoy ¿qué fue lo primero que hiciste? ¿Pospusiste la alarma como siempre? ¿Hiciste tu rutina de ejercicio? ¿Tomaste un café? ¿Le pusiste una o dos cucharadas de azúcar?
Tu primera decisión, está repercutiendo en todas las demás decisiones a lo largo del día. Y le da forma lentamente a lo que serás el día de mañana.
Tus pensamientos se transforman en decisiones y tus decisiones se transforman en acciones (aún sin darte cuenta).
No es casualidad que más del 40% de nuestras decisiones diarias sean hábitos. Vivimos con el mismo patrón que se repite una y otra vez bajo el mismo contexto.
Tampoco es casualidad que los hábitos sean la base del cambio (vuelve a leer eso).
Imagina si más del 40% de tus decisiones son buenas puedes asegurar que tu vida es saludable. Ya sabes que pasa si ocurre a la inversa y tus hábitos son malos.
Siempre he pensado que las decisiones diarias se van entrelazando hasta formar hábitos fuertes.
Como si estuvieras tejiendo con lana, repitiendo el mismo punto una y otra vez; mientras va tomando forma esa larga bufanda que es tu vida.
Por eso, es sumamente importante decidir hoy mismo y empezar a tomar acción (aunque no estés listo).
El crecimiento empieza cuando no estás listo
Es cierto, tú no estás listo para bajar de peso, para comer más saludable o para salir a correr en las mañanas. No estás listo para emprender un negocio y tampoco estás listo para mudarte a una nueva ciudad.
Y exactamente por ese motivo es porque tienes que hacerlo.
El crecimiento empieza cuando no estás listo y simplemente decides que es el momento perfecto de empezar
El momento perfecto no existe
Tengo una noticia que darte, encontrar el momento ideal para empezar es solo una ilusión (es como esperar el regalo de Santa)
Una película mexicana que vi hace mucho, ilustra este concepto con una frase que nunca se me ha olvidado: “No hay momentos perfectos, porque tú los haces perfectos”.
No esperes a que las condiciones sean ideales para empezar a mejorar tu vida.
No dejes que el vino se haga agrio. El momento perfecto se vuelve perfecto cuando decides abrir esa botella hoy.
Hoy es un buen día para empezar a tomar acción y mejorar tus hábitos.
Si quieres inspirarte más y tomar el control de tu vida…
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Hola Tania, antes que nada felicitarte por tu artículos y darte las gracias por tu generosidad.
Quisiera aportar un comentario casi como a modo de defensa propia pues lo mio desde siempre ha sido «si lo puedes hacer mañana, no lo hagas hoy». Por supuesto, este hábito de posponer lo he ido adoptando de forma inconsciente e irresponsable a lo largo de mi vida abocándome, finalmente, a muchas horas de reflexión y también, como no, de autoflagelación. Afortunadamente, con los años, me he vuelto más condescendiente conmigo mismo y, aunque sigo posponiendo cosas y sufriendo sus consecuencias, procuro no autodescalificarme.
Nada que objetar a tu artículo, sólo aportar mi experiencia personal. Muchas veces intenté dejar de fumar, siempre fracasé y, consecuentemente, me autodescalificaba (ya sabes, no sirves, no tienes lo que hay que tener, etc etc). Un día me quedé dormido en el sofá, y tuve una pesadilla en la que me caía y no tocaba fondo, era angustioso, notaba como iba a perder el sentido de la realidad y no volver a recuperarlo. Al despertar, lo primero en lo que me fije fue en el cenicero que tenía a mi lado, lleno de colillas. No se por qué ni cómo, asocié las colillas con la pesadilla, y me dije que si era capaz de dejar de fumar, algo que había intentando muchas veces sin éxito, sería capaz también de salir de angustiosa sensación de estar perdiendo el sentido de la realidad. Y funcionó. Dejé de fumar sin apenas esfuerzo, y de eso hace ya más de 20 años.
Es cierto, el momento perfecto no existe, pero creo que también tiene algo de certeza que las cosas suceden cuando tienen que suceder, y que intentar que sucedan cuando no es su tiempo te puede llevar a un desgaste emocional importante. Tú, que piensas?
Muchas gracias, y un abrazo.
Hola Ubú!
Muchas gracias por escribir y por compartir tu experiencia.
Tienes razón. A veces si existe un momento perfecto para cambiar, pero no es una estrategia que podamos seguir por que es simplemente algo que nos pasa.
A veces nos golpea un “rayo” que transforma nuestros hábitos de forma instantánea. Este “rayo” que puede ser una nueva idea, un libro, una película, un comentario, una noticia, o una pesadilla (como en tu caso) y de repente este hábito con el que batallábamos tanto se hace fácil de cambiar. La solución se vuelve obvia y sin preparación, sin pasos pequeños y sin aviso previo lo cambiamos.
El problema es que esto no es una estrategia que podemos seguir es simplemente algo que te pasa. Solo hay que estar al pendiente de este “rayo” y generalmente pasa porque ya teníamos ese mal hábito en mente o habíamos intentado cambiar sin resultados.
Un ejemplo típico es el embarazo, las mujeres que reciben la noticia, logran cambiar cualquier mal hábito en un pliz.
Me da gusto que este “rayo” en forma de pesadilla te alcanzo y hayas logrado dejar ese hábito.
Un abrazo,
pd Me diste una gran idea para un artículo.