3 hábitos que mejoran tu vida y una lección importante que tienes que saber
Hay algo en el que todo el mundo está de acuerdo: todos queremos mejorar nuestra vida. Tú, yo, tus papas, tus abuelos, el vecino, tu mejor amigo, y hasta tu ex. El problema aparece cuando no sabemos cómo, ni por dónde empezar.
Vivimos desesperados tratando de encontrar la fórmula mágica que mejore nuestra rutina diaria. Sin embargo, la mejor solución es mucho más fácil de lo que te imaginas, y la buena noticia es que está al alcance de todos. Se trata simplemente de incorporar en tu vida 3 hábitos fundamentales que garantizan verte y sentirte mejor.
En este artículo un invitado nos cuenta su experiencia personal al construir estos 3 hábitos saludables en su vida, y nos regala una lección importante que no te puedes perder.
Este es un artículo invitado de Ubay Serra del blog Viaje a la esencia
«Instrucciones para cambiar tu vida: ¡sólo comienza inmediatamente!»
Hoy me gustaría hablarte de 3 hábitos y 1 lección que me cambiaron la vida y que, sin duda, también podrían cambiar la tuya si los aplicas.
Tengo la esperanza de que mi historia ayude a dar un empujón a todos aquellos que desean crear hábitos saludables en su vida, ya que, en mi opinión, es la forma más eficaz de conseguir objetivos y mejorar en cualquier faceta de nosotros mismos.
La primera buena noticia es que crear estos hábitos depende únicamente de ti: de tu propia motivación y de tu capacidad para encontrar y aplicar las estrategias adecuadas. La segunda buena noticia es que estás en el lugar perfecto para desarrollar estos requisitos: Habitualmente.
Así pues, sin más dilaciones, voy a empezar por el primer hábito que me cambio la vida, que fue…
#1 Llevar una alimentación saludable adaptada a mis necesidades
Mantén tu salud comiendo bien
A los 15 años me puse enfermo, aparentemente un resfriado, sin más. Sin embargo, pasaron los meses y la cosa no mejoraba.
Durante 6 meses seguí tosiendo y expectorando como si fuese el primer día. Mis padres estaban muy preocupados, así que fui pasando de médico en médico. De especialista en especialista…
Unos decían que era tuberculosis, así que pasé los tests pertinentes: negativos. Otros decían que era bronquitis crónica. Y otros no tenían ni idea y optaban por recetarme remedios estándar, como darme jarabes mucolíticos o aconsejarme beber mucha agua. Incluso fui a un balneario cercano para tratarme con inhalaciones de aguas sulfurosas.
Finalmente, acabé en la consulta de un especialista en nutrición, el último lugar donde hubiera esperado mi curación. Tras estudiar mi caso en particular, su tratamiento consistió en modificar mis hábitos nutricionales.
¿Cuáles? Aumentar el consumo de verduras y fruta fresca, pues contienen grandes dosis de vitamina C que fortalece el sistema inmune y ayuda en el tratamiento de algunas enfermedades de las vías respiratorias. 1
Desde entonces, mis desayunos incluyeron siempre una gran macedonia de fruta variada. Tan simple como esto. Esto no quiere decir que todos los resfriados pueden curarse con frutas, sin embargo la alimentación se vuelve parte fundamental de un tratamiento completo y efectivo.
También evite las harinas refinadas, disminuí el consumo de lácteos, y opte por grasas vegetales saludables como el aguacate y los frutos secos.
Poco a poco mi problema de salud fue desapareciendo. En ese momento me di cuenta de la importancia de la dieta y los hábitos alimentarios a la hora de mantener y recuperar la salud.
Han pasado ya muchos años de aquello, pero desde entonces he seguido con algunos de aquellas pautas hasta el día de hoy e incluso desarrollé un profundo interés por la nutrición, como contaré más adelante.
En cualquier caso, de aquella experiencia aprendí que:
- Uno es lo que come, literalmente. Si comes basura, te conviertes en basura. Y tu salud así lo refleja. Si comes adecuadamente, tu salud mejora.
- Las dietas no existen ni deben existir. Una dieta es un cambio puntual de la forma de comer. Por tanto, cuando la dieta termina, los problemas vuelven y los beneficios desaparecen. Sí, incluso los quilos de más vuelven…y con intereses…
- La única opción nutricional para mejorar tu salud y lograr objetivos realistas a largo plazo es crear buenos hábitos alimenticios.
- Las pautas generales son útiles, pero para obtener resultados óptimos, éstas deben adaptarse individualmente a nuestras necesidades y objetivos.
#2 Realizar actividad física de forma regular
Potencia tu cuerpo y conviértelo en la herramienta perfecta.
Un par de años más tarde, cuando llegó la hora de ir a la universidad, decidí estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Sin embargo, estaba demasiado obsesionado con sacar una buena nota académica para la universidad, así que dejé de lado las pruebas físicas de acceso. Me las preparé una semana antes. El resultado: suspenso, claro.
Al año siguiente, empecé otras formaciones y, simultáneamente, me preparé las pruebas físicas a conciencia en una academia. Empecé a progresar rápidamente a pesar de tener un físico bastante endeble y una constitución delgada. Sin embargo, más adelante, al entrenamiento específico le añadí un trabajo de musculación y empecé a manipular mis hábitos nutricionales para saciar mi creciente apetito y aumentar mi rendimiento.
Los resultados me sorprendieron a mí mismo. En dos años de entrenamiento, gané más de 10 kilos limpios de músculo y arrasé en las pruebas físicas de acceso. Quedé tan sorprendido con el cambio físico que experimenté y con el rendimiento que mi cuerpo podía dar de sí que lo convertí en un hábito permanente.
¿Por qué motivos? Porque… :
- Todo lo que no se usa se pierde. Tu cuerpo no es una excepción. Si no lo solicitas y lo estimulas pierde sus funciones y enferma.
- La actividad física regular protege de enfermedades como la artrosis, la diabetes, la hipertensión arterial o la depresión, por citar unas pocas.
- Practicar ejercicio físico de forma cotidiana mejora tu salud, tu vitalidad y tus ganas de vivir. En definitiva, te hace más feliz.
- Tu cuerpo es tu principal herramienta de trabajo en la vida y, ¿sabes? También requiere atenciones, al igual que tu coche. Y el ejercicio es una de las mejores atenciones posibles ¿A qué esperas para cuidar de él?
- Un buen programa de ejercicio junto a una buena alimentación es una de las mejores combinaciones que conozco para mejorar tu rendimiento.
#3 Meditar de forma cotidiana
Convierte tu mente en tu mejor aliada
Hasta ahora me he centrado en la parte física del ser (alimentación y ejercicio físico), pero ¿qué hay de la parte mental?
Es innegable que la alimentación y el ejercicio físico tienen ya de por sí un impacto a ese nivel. De hecho, una de mis mejores estrategias para despejar mi mente cuando estoy bloqueado mentalmente es el deporte. Con ir al gimnasio, salir a correr o ir a nadar un rato mi mente recupera la calma a la vez que mi cuerpo se relaja siguiendo su ejemplo.
Sin embargo, hace tiempo que descubrí otra herramienta para trabajar la mente: la meditación. Cuando aprendes a meditar, es suficiente con 15 minutos (o menos) para recuperar la calma y conectar contigo mismo.
Cuando empecé a practicarla y descubrí el verdadero potencial de esta técnica milenaria estuve estudiándola a fondo para poder dominarla y sacarle el máximo partido.
Actualmente, medito cada día entre 15 y 30 minutos o más. Además, es una práctica que puedes realizar por tu cuenta de forma segura. Sólo necesitas un lugar tranquilo, sentarte y respirar adecuadamente. A partir de ahí, con unas simples consignas, puedes lanzarte por ti mismo a explorar tu infinito mundo interior.
¿Por qué motivos recomiendo meditar? Porque…
- Es simple (que no fácil), segura y muy eficaz. Además de gratuita 😉
- Te ayudará a mantener tu mente en calma en medio de la tormenta y podrás lidiar más fácilmente con el frenesí de tu día a día
- Meditar tiene muchos beneficios, más de los que imaginas como: contribuir combatir el estrés, mejorar la memoria o aumentar la capacidad de concentración, entre muchos otros.
Si quieres aprender a meditar o progresar en este arte, échale un vistazo a este próximo curso gratis.
Ahora, te prometí una lección personal que tienes que saber, así que sigue leyendo y logra tener una vida saludable y balanceada.
Una lección personal: el peligro de los excesos
Aprende a balancear tus hábitos.
Si has llegado hasta aquí, probablemente es porque tienes interés en crear y adquirir hábitos que permitan mejorar tu vida y tu salud.
Sin embargo, esto no es todo.
De hecho, yo nunca he tenido problemas en crear hábitos. De hecho, tengo mucha facilidad para lograrlo. Tanta, que puedo llegar a ser obsesivo, y esto también es un problema. Por ello, no es suficiente con crear hábitos, saber gestionarlos es igualmente importante.
Saber balancear tus hábitos es igual de importante que crearlos...
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De esa idea parte mi lección personal, la que aprendí a través de mis propios excesos. Te cuento…
Los excesos en el deporte
Cuando estuve entrenando para acceder a la facultad de Ciencias del Deporte, dedicaba una media de 4 horas al día a la preparación física. Y en muchas ocasiones realizaba entrenamientos de alta intensidad, como ejercicios de prensa para piernas con 300kg. Al principio, como casi todo exceso, mi cuerpo aguantó. Pero una vez pasé las pruebas de acceso, mi pasión por el deporte era tal que seguí realizando este tipo de entrenamientos.
Al final, como mi mente no entraba en razón, fue mi cuerpo quién acabo llamándome al orden. Lo que al principio eran pequeñas molestias en mis rodillas acabaron convirtiéndose en dolores insoportables que me impedían incluso mantenerme de pie largo tiempo. La causa era obvia: sobrecarga articular.
Mis dos rodillas tuvieron que pasar por el quirófano para solucionar mis problemas. Por suerte, aún era joven y mis articulaciones no estaban muy dañadas. Necesité 3 meses de rehabilitación por pierna. Después de aquello, tuve que replantearme las cosas.
Afortunadamente, aprendí la lección y pude seguir haciendo ejercicio físico regularmente, aunque cambié mi plan de entrenamiento para que fuera más “sostenible” a largo plazo.
Los excesos en la alimentación
Por otro lado, cuando terminé mis estudios de educación física, empecé a estudiar fisioterapia y cursé un master en nutrición en la facultad de Farmacia. Para obtener el título, al final de los dos años, tuve que hacer una tesis. La mía trataba sobre cómo combinar dieta y ejercicio para aumentar masa muscular y reducir porcentaje de grasa corporal.
Fue un trabajo totalmente práctico en el que yo mismo me convertí en la cobaya de mis propios experimentos. Diseñé varios programas de entrenamiento y fui haciendo modificaciones en mi alimentación para obtener los resultados esperados. Durante un año entero estuve entrenando duro y contabilizando las calorías que consumía. También estuve pesando todos los alimentos que ingería y haciéndome controles fotográficos quincenales para ver visualmente los cambios en mi cuerpo.
Sinceramente, los resultados no fueron espectaculares, pues, entre otros motivos, mi estado de forma era ya bastante bueno al inicio y no estaba dispuesto a hacer cambios que pudieran hacer peligrar mi salud. Sin embargo, el jurado quedo impresionado por el trabajo y me saqué el título de forma sobresaliente.
De ahí parte una de las grandes conclusiones que saqué de aquel trabajo a nivel personal: para una persona sana que busque potenciar su salud, no vale la pena llevar pautas nutricionales tan estrictas y extremas.
En ese caso, pautas saludables pero más flexibles son suficientes. Otra cosa, es que estés dispuesto a sacrificar tu salud para obtener ciertos resultados. Y yo no estaba dispuesto a pagar ese precio de nuevo.
Esto es lo más importante que acabas de aprender
Por último, y para terminar, voy a intentar resumirte brevemente los puntos esenciales que quiero que se queden contigo:
- La forma más eficaz de conseguir resultados permanentes es crear hábitos. Los esfuerzos puntuales no suelen llevar a ninguna parte.
- Nunca es tarde para adquirir un buen hábito. Sólo se requiere empezar con poco para ser constante.
- Los hábitos de salud que más han cambiado mi vida han sido, llevar una alimentación sana, realizar ejercicio de forma regular y meditar.
- Saber gestionar o balancear un hábito es igual de importante que crearlo. Ello incluye, por ejemplo, elegir el hábito que más se ajusta a tus metas y evitar caer en los excesos, pues llevarlo al extremo perjudica tu salud y bienestar.
Por hoy, esto es todo lo que tenía que decirte. Espero que te sirva para sacar tus propias conclusiones y, por supuesto, para que des el paso de incorporar estos hábitos saludables que mejoran tu vida.
Pero antes de despedirme, me gustaría saber tu opinión…
Escríbeme en los comentarios: ¿Cuáles son los hábitos que han cambiado tu vida? ¿compartes los que he comentado, añadirías o quitarías alguno?, ¿has tenido alguna vez problemas con los excesos?…
Ayuda a más personas a cambiar (y mejorar) su vida ¡Comparte!
- Vitamin C and common cold: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4018579/
Buenas Ubay! Encantado!! Tub historia me.resulta parecida a la mia en el tema. Del.deporte y la alimentacion. Para mi es una pasión y disfruto xon ello. No me cuesta esfuerzo pero no soy capaz de decir no! Y eso creo que no es el objetivo! Al final uno se hace esclavo! Por lo que me recomiendas? Un placer y gran trabajo el que haces! Para Minto do un ejemplo en todo. Compartimos la misma filosofia. Vrever cada dia y potenciarme como persona es un objetivo diario. Tambien Me.gustaria emprender y viajar siempre! Asi que te lanzo otra pregunta… has logrado eso que te planteabas y como? Y que tips me darias?
Un abrazo!
¡Hola Jose! Me alegro que mi artículo te haya gustado y que compartamos esas pasiones. Es cierto que a veces nos hacemos esclavos de nuestras pasiones, así que, como habrás leído, hay que saber practicarlas con moderación y equilibrio. En cuanto la tu pregunta de emprender y viajar, en este artículo te cuento cómo lo logré, espero que te guste. https://viviralmaximo.net/fisioterapeuta-freelance/
Llevar un estilo de vida saludable es muy importante y más cuando nuestra edad ya comienza a ser elevada o también la de nuestros padres o abuelos. Las personas mayores necesitan un estilo de vida y unas rutinas como esta, pero les cuesta mucho iniciarla por ellos mismos. Por este motivo, acudir a una residencia de ancianos es un paso muy positivo para la salud de nuestros mayores.