Los 3 enemigos mentales que te impiden cambiar tus hábitos (sin darte cuenta)
¿Alguna vez te odiaste a ti mismo por no lograr ir al gimnasio? ¿cuántas veces te criticaste por procrastinar? ¿te auto castigaste por comerte ese pedazo de pastel? ¿por no despertarte a tiempo? ¿por seguir comprando cigarros?…
Muchas veces adoptamos ciertas estrategias inconscientes para auto flagelarnos mentalmente por no lograr cumplir nuestras metas. Entonces, cada vez que no hacemos algo que deberíamos hacer o hacer algo que no deberíamos hacer, nos sentimos sumamente culpables.
El problema es que esta sensación de fracaso puede expandirse a otras áreas de tu vida, afectando gravemente tu autoestima. El castigo es un enemigo inconsciente que te impide vivir mejor, pero, también existen algunos otros. En este artículo una invitada nos cuenta cuales son y cómo hacer las paces contigo mismo para empezar a mejorar tus hábitos.
Un artículo invitado de Tania Carrasco del blog RevolucionaT
«Tú, tú mismo, tanto como cualquiera en el universo entero, mereces tu amor y afecto». -Buda
Llega el lunes, te has propuesto comer mejor, dejar de fumar, dedicar un ratito a meditar o incluso sacar 20 minutos para leer ese libro que está cogiendo polvo encima de la mesa.
Quizá también quieres estrenar de una vez ese conjunto de ropa de lycra fosforita que te compraste hace 2 meses para salir a correr.
Pero este lunes, como todos los demás, se convierte en otro lunes frustrante donde no consigues nada de lo que te has propuesto.
“¿Por qué narices me costará tanto cambiar de hábitos?”.
“Si es que soy una inútil que no tiene fuerza de voluntad”.
“Mejor no se lo cuento a mi novia porque va a pensar que soy un fracasado”.
“Pero es que tiene razón, ¡soy un fracaso total!”
Y así te vas contando a ti mismo un montón de lindezas que para nada ayudan a aumentar la motivación que necesitas para conseguirlo la próxima vez.
Bueno…lo dejamos para el lunes siguiente a ver qué pasa…
Pero hay un problema fundamental y muy importante que no estás teniendo en cuenta a la hora de conseguir cambiar de hábitos. Empecemos por el principio.
Los 3 enemigos mentales que te impiden cambiar de hábitos
1.- El perfeccionismo
Juraría que eres una persona perfeccionista aunque tú creas que no.
La persona perfeccionista no es aquella que lo hace todo perfecto, sino aquella que quiere hacerlo todo perfecto.
Ahora dime, ¿lo eres?
– ¿Te angustias cuando las cosas no te salen perfectas?
– ¿Dejas de intentar aquello que crees de antemano que no podrás hacer a la perfección?
Ya nos vamos entendiendo. Sueles ver las cosas en blanco y negro, para ti no hay grises. Consideras el gris un color mediocre y para hacer las cosas regular prefieres no hacerlas.
Te entiendo perfectamente porque yo era igual, y este perfeccionismo pasa grandes facturas. Las personas perfeccionistas suelen cumplir ciertas características que, a priori, pudieran parecer una ventaja pero que has empezado a comprobar en tu propia vida que no lo son tanto.
- Necesitas tenerlo todo bajo control
- No encajas bien los “errores”
- Te exiges el máximo en cada cosa que haces
- Del mismo modo que te exiges a ti, exiges a los demás
- Cuando te exiges mucho en un área de tu vida, a nivel profesional por ejemplo, descuidas el resto de áreas (familia, amigos, ocio)
- Eres una persona rígida: todo o nada, blanco o negro, sí o no, o contigo o contra ti…
Así era yo y puedo asegurarte que es agotador.
Cuando quieres cambiar de hábitos y eres de esta manera, el único camino es conseguirlo a la primera o desistir. De hecho, si piensas que no lo vas a conseguir directamente pasas de intentarlo. Mejor no hacerlo que soportar el fracaso, ¿verdad?
Cómo te entiendo…
2.- La desesperación total
Y aquí va tu segundo enemigo.
¿Qué te ocurre normalmente cuando quieres cambiar de hábitos y no lo consigues?…
¡Te desesperas!
Es frustrante, lunes tras lunes, semana tras semana, cada 1 de enero, cómo asistes impotentemente al nuevo fracaso en tus propósitos.
No sólo te invade el sentimiento de culpa antes mencionado sino que también:
– Te agobias
– Te estresas
– Te angustias
– Te pones de mal humor
– Te rindes
– Te condenas
– Te tratas mal
– Te dices cosas que no se las dirías ni a tu peor enemigo…
Entras en un bucle horrible del que no puedes salir. Pareciera que hubieses matado a alguien.
“¡Ya no lo intento más”!
Te resignas, aunque sólo sea hasta el lunes siguiente, a seguir teniendo sobrepeso, a seguir teniendo dolores de espalda por no hacer ejercicio, a seguir durmiendo mal por ver televisión hasta tardísimo, etc.
¿¡Qué más puedes hacer!? Si ya lo has intentado todo ¿cierto?
3.- El sentimiento de culpa
Otro de tus enemigos si estás intentado cambiar de hábitos es el sentimiento de culpabilidad.
Cuando las cosas no te salen como querías, ¡Dios!, parece que se acaba el mundo.
El sentimiento de culpa te hace creer que eres la persona más baja y más mediocre de todo el universo. Y eso no ayuda. No se lo dices a nadie porque no quieres parecer débil, pero te sientes inmensamente culpable por todo esos hábitos que tratas de cambiar y que no consigues llevar a buen puerto.
– Si te has propuesto dejar de fumar y no lo consigues, el sentimiento de culpa te hará fumar más
– Si te has propuesto adelgazar y tampoco puedes, ese día comerás el triple para gestionar tu ansiedad por no haberlo conseguido
– Si lo que querías era salir a caminar un ratito y el estrés ha podido contigo, esa noche no duermes porque claro, sabes perfectamente que el ejercicio físico te ayudaría a dormir mejor y no has podido ni salir a caminar. Te sugestionas y boicoteas continuamente.
¡Así no, eh!
Como te decía al principio, te entiendo perfectamente porque esa persona que estaba describiendo podría ser yo hace unos años.
Pero los años pasan y lo mejor que puedes hacer por el camino es aprender.
Así que intentando aprender cada día descubrí qué era aquello que siempre hacía cuando no conseguía cambiar mis hábitos, y que me alejaba cada vez más de conseguir mis objetivos: ¡el auto castigo!
Al toparse con la culpa es común auto castigarse
El auto castigo es la herramienta más poderosa para seguir minando tu autoestima, y teniendo una autoestima baja es mucho más difícil conseguir cambiar de hábitos.
Es un vicio al que recurrimos cuando nos topamos con la culpa.
¿Por qué nos auto castigamos?
Se ha escrito mucho sobre el castigo y el auto castigo.
Este estudio trata el tema desde el punto de vista psicoanalítico, y la parte donde interviene Freud me parece bastante interesante. 1
Desde que naciste te inculcaron que el castigo era una forma de limpiar la culpa, así que cuando te sientes culpable, te infliges ciertas formas de castigo para aliviar el malestar que te produce la sensación de haber hecho algo mal. 2
Si se trata de cambiar de hábitos, ¿a quién conoces que sea capaz de hacerlo sin problema?
¿Cuántas personas conoces que quieran cambiar de hábitos y lo hagan sin más, sin esfuerzo alguno?
Yo sinceramente a muy pocas. ¡Menos mal que tenemos el blog de Tania para solucionarlo!
Tú ya te has dado cuenta de que cuando te propones cambiar cualquier hábito y no lo consigues, el malestar que sientes llega a ser insoportable.
En algunos momentos consigues acallarlo, que no evitarlo, poniéndote todo tipo de excusas. Sin embargo, la culpa sigue ahí y el auto castigo aparece de mil maneras
- Aislamiento: te castigas apartándote del mundo para no tener que soportar el fracaso
- Estrés: si ocupas todo tu tiempo, si el estrés no te permite ni respirar, encuentras en esa situación la mejor manera de justificar tu falta de energía para cambiar de hábitos
- Hacer malas elecciones a propósito: acercarte a personas que sabes que te pueden perjudicar de alguna manera, ir a sitios que sabes que te harán sentir mal, hacer tareas que odias
- Dejar que tu mente te machaque: esto normalmente se hace de forma inconsciente porque dejas que tu mente tenga vida propia sin ejercer ningún control sobre tus pensamientos. Dejas que ella hable a sus anchas y diga cosas como: “nunca podré cambiar de hábitos”, “soy débil”, “no tengo fuerza de voluntad”, bla bla bla.
Pero déjame preguntarte algo:
¿Castigarías a tu mejor amiga porque no bajo de peso? ¿castigarías a tu pareja porque ha vuelto a fracasar en su intento por dejar de fumar? ¿castigas a tu madre porque no hay narices a que salga a caminar de vez en cuando?
¿No verdad?… entonces, ¿por qué a ti mismo sí que te castigas?
Imagínate que cada vez que alguien cercano no consiguiese cambiar sus hábitos viniese la policía y le detuviese…
Pues puede que eso fuese más llevadero de soportar que lo que tú haces contigo mentalmente a través de tus propios castigos.
Piensa en esto: sería mucho más sano poner el foco en las medidas preventivas que estar toda la vida sufriendo con tus propios castigos mentales, lo cual además afecta tu autoestima.
El auto castigo afecta tu autoestima
Conozco muy pocas personas con una autoestima sana. Quizá, más bien tendría que decir que el que más y el que menos se ve frenado por su falta de autoestima en algún momento de su vida.
Es normal, y mucho más frecuente de lo que nos gusta reconocer, tener algún problemilla con nuestro amor propio.
Es un círculo vicioso una baja autoestima hace que aparezcan estos enemigos mentales y estos afectan de vuelta a tu autoestima 3
Y cuanto más problemas de autoestima tengas, mayores castigos te proporcionarás y mayor será la dificultad para que consigas cambiar de hábitos.
- Si te quieres poco.
- Si te crees poco merecedor de lo que quieres conseguir (en este caso cambiar de hábitos).
- Si te han dicho que no vales nada y te lo has creído.
- Si ves más cosas negativas que positivas en ti.
- Si te dejas llevar por la culpa…
Será muy complicado que consigas cambiar de hábitos que te permitan tener una vida mejor y sentirte bien contigo mismo.
Te voy a poner un ejemplo real de hasta qué punto puedes llegar a castigarte en algunos momentos debido a la falta de autoestima:
Hace muchos años, mi pareja de entonces tuvo un accidente de coche. Él era el que conducía, y aunque a nadie le pasó nada, se sentía terriblemente culpable por lo ocurrido.
Pasado el susto y cuando ya había vuelto todo a la normalidad, pasó mucho tiempo hasta que volvió a recuperar su alegría.
Se castigó a sí mismo no permitiéndose estar alegre en ningún momento, durante meses. Cuando estábamos juntos y se sorprendía riendo o actuando normal, decía: “no, no me puedo reír, tengo que pagar por lo que he hecho”.
¿Te parece normal? ¿Crees que se soluciona algo de esa manera?
Si mi novio hubiese tenido una autoestima sana, en lugar de auto castigarse habría podido ver las cosas de otra manera y esforzarse para que aquello no le volviese a pasar.
Empieza a cambiar de hábitos de forma saludable
Si tu meta para cambiar de hábitos es ser una persona más saludable, el proceso para lograrlo no tiene porque ser enfermizo, no tiene porque ser doloroso.
De nada te va a servir intentar una y otra vez cambiar de hábitos si cuando no lo consigues a la primera te echas encima toda la mierda que encuentras.
El auto castigo, la culpa, el perfeccionismo y la desesperación no te lleva a ninguna parte.
Para cambiar de hábitos de forma saludable te recomiendo lo siguiente:
1.- Aprende a asumir tus errores
¿Qué te hace pensar que puedes ser perfecto? ¿A quién conoces que lo haya conseguido?
Que sí, que está muy bien intentarlo, pero por tu bien, no para hundirte cada vez más por no llegar ni a la mitad del camino. Por cierto, un camino demasiado exagerado a veces, ¿no te parece?
Nadie es perfecto, tú tampoco, y nunca lo vas a conseguir.
Va, respira, ¿eso no te deja más tranquilo? ¿No te sientes menos presionado?
Eso sí, puedes hacer muchas cosas para sentirte mejor cada día.
Una de las primeras cosas que puedes hacer es cambiar la palabra culpa por responsabilidad, y error por lección. Empieza por ahí.
Unos simples retoques en las cosas que te dices pueden suponer cambios sustanciales en tu predisposición a seguir intentando cambiar de hábitos. Asume que habrá veces que lo consigas a la primera y otras veces que no, ¡y no pasa nada!
Castigarte no minimizará el “error”, el supuesto error que has cometido seguirá estando ahí y si encima te castigas te martirizará doblemente.
Trabaja con ilusión por lo que quieres porque cada vez que lo intentes estarás más cerca de conseguirlo. ¡Y esa sí es tu responsabilidad!
2.- Ponte objetivos realistas (empieza con poco)
Cambiar de hábitos no es fácil, si fuese tan fácil Tania no dedicaría todo su trabajo a este aspecto fundamental de tu bienestar.
Lo mejor que puedes hacer para no sentirte tan presionado por tus propios objetivos es ponerte objetivos realistas.
Si el 1 de enero pretendes:
- Dejar de comer azúcares.
- Hacer ejercicio 3 veces por semana.
- Ir a ver a tu madre todos los sábados.
- Salir a las 6 de la oficina.
- Dedicarle más tiempo a tus amigos.
- Empezar a beber cerveza sin alcohol.
- Aprender ruso.
- Y viajar a un lugar bonito una vez al mes…
¡Estás jodido!
Paso por paso es mucho más fácil. Ponte los objetivos de uno en uno porque si no te agobiarás y no conseguirás ninguno de los 837 objetivos que te has propuesto.
Y de ese primer objetivo del que te propusiste, empieza con una acción muy pequeñita y fácil de lograr, fíjate: una acción muy pequeña será fácil de hacer al pie de la letra que no fallarás (y no sentirás culpa nunca más)
Ya sé lo que estás pensando: «pero, ¿cómo una acción tan fácil me va a dar los resultados que quiero»
Ser constante te ayudará a pulir tu autoestima y te permitirá lograr metas más grandes al poco tiempo. Además un hábito saludable de inicio tiene el poder de desencadenar una reacción saludable en muchas áreas de tu vida (que incluso no tenías contempladas).
¿Sorprendido?… Esta serie de videos te dicen cómo y por qué.
3.- Adórate
Si pretendes cambiar de hábitos cuando te tienes el mismo aprecio que le tienes al vecino de tu abuela, mal vamos.
Para que tu fuerza de voluntad sea potente, para tener le perseverancia necesaria para conseguir lo que quieres, y para tener la capacidad de no auto castigarte cuando las cosas no te salgan como querías, es fundamental que trabajes tu autoestima.
Ámate por encima de todas las cosas y tus malos hábitos irán desapareciendo porque querrás lo mejor para ti en todo momento.
Si estás leyendo hasta aquí, espero que hayas comprendido que castigarte no te permite crecer.
Todo el mundo tiene algún hábito que le gustaría cambiar pero cada cual tiene su camino y ahí es donde están los aprendizajes.
Si en lugar de leer este blog y auto flagelarte porque no consigues ni la mitad de las cosas que te propone Tania, te dieses cuenta de que se trata de ir dando pequeños pasitos hasta conseguir grandes logros, te sería mucho más fácil cambiar de hábitos sin sufrir en el intento.
Da lo mejor de ti en cada momento, teniendo en cuenta que no siempre te saldrá todo como quieres.
Procura hacerlo lo mejor posible, y cuando no pueda ser así ¡no te maltrates! Coge fuerzas e impulso para que la próxima vez que lo intentes te acerques un poquito más a tu objetivo.
Y ahora me gustaría hacerte un regalo aquí por si te has decidido ya a empezar a trabajar tu autoestima. ¡Espero que lo disfrutes muchísimo!
Las dos Tanias te agradeceríamos de corazón que nos contases tus impresiones en los comentarios: ¿Eres de los que se auto castigan cuando las cosas no le salen como quiere? ¿qué hábitos se han converitido en esa piedrita en el zapato?
Ayuda a más personas a combatir sus enemigos mentales ¡Comparte!
Hola como estás.tengo mucho de lo cual hablas en tu artículo y te confieso que tienes toda la razón hay que cambiar los hábitos dañinos por otros más saludables porque una cosa si te garantizo y me lo ha enseñado mi propio organismo y es que mientras más rígido y serio te tomes las cosas en la vida así mismo te tratará la vida y mira como lo hizo conmigo con problemas de hipertensión ahora quiero ser el mismo de antes q con una sesión de meditación era suficiente para sentirme como si lo hiciera por el aire.resulta que me dura poco el bienestar y tengo q repetir con más frecuencias las sesiones.entonces Resumiendo o te autocontrolas o te puerdes en un abismo detontos y estúpidos pensamientos que no producen nada.Saludos Tania.gracias
Hola Roberto!
Si, a veces nos perdemos en pensamientos que nos perjudican más de lo que pensamos, y encima cuando nos damos cuenta nos seguimos castigando.
Tenemos que aprender a respetarnos y tratarnos con mucho más amor, porque todo el mundo se equivoca y tiene fallos, pero no por eso somos personas menos valiosas.
En cuanto a ti, quizá al principio tengas que aumentar las sesiones de meditación, hasta que tu mente se vaya acostumbrando. Pero verás que si perseveras y te tratas con más cariño cada vez te irá costando todo muchísimo menos.
Gracias por comentar!
Un fuerte abrazo
Hola, tengo 18 ños y sufro de inseguridad, estrés y ansiedad, eso me hace comer mucho y además me afecta mucho que me digan gorda, cuando digo algo que no es yo misma me auto regaño y digo cosas como»soy una idiota» «soy una mensa» «soy una burra» » no sirvo par nada» siempre tiendo a llorar mucho, necesito ayuda, pero no sé como…
Creo una vez conseguidos los objetivos es necesario asumir esos éxitos y no , por el contrario, creer que es inexorable volver a los hábitos poco felices.
Hola Margarita!
Conseguidos los objetivos hay que reconocerse los éxitos, por supuesto, es una parte muy importante en el proceso que además nos ayuda a reforzar la autoestima.
En cuanto a evitar los malos hábitos, depende…Si el mal hábito es por ejemplo fumar y después de dejarlo te fumas un cigarrillo y vuelves a caer, es mejor evitar ese cigarrillo. Si el mal hábito es comer dulces a diario, porque un día te salgas de la norma no va a pasar nada. Los malos o buenos hábitos van a depender mucho de la frecuencia y de el grado en que afecten a la salud. No es lo mismo que se coma ese dulce una persona supuestamente sana que alguien que sufre diabetes.
Gracias Margartita!
Lo acabo de leer completo :D, me hace ver que es autoflagelarse provoca más tristeza y pocas ganas de seguir con lo que me propuse, como mas y sigo triste, y no valoro el avance que he tenido, quiero comenzar y no detenerme en el cambio de habito que quiero hacer, que ya está afectando mi salud el mal habito que tengo de comer comida chatarra y picante, pero ni pensando en mi salud dejo de comer y comer pan, fritos, soda, pizza, cosas que ya ni me saben rico, llego al punto donde mi estomago esta tan lleno que quiero vomitar, pero sigo comiendo.
Después de leer esto me doy cuenta que no me amo tanto como debería, si me amara no me dañaría, eso no lo hago con mi novio, porque no puedo amarme para no dañarme?, me lastimo porque creo que no merezco esos logros que veo y siento cuando sigo la dieta, aparte necesito ser paciente, algo que no soy en casi nada.
Espero en verdad lograr cambiar mi pésimo habito por uno nuevo y ser constante algo que nunca he sido.
Hola Beatriz!
Estás justo en el lugar adecuado porque el blog de Tania te va a dar muchísima luz en todo este camino.
A veces ponemos el foco en el lugar equivocado y perdemos de vista la base del «problema». Cada persona es un mundo y no a todos nos sirven las mismas técnicas.
En tu caso, para empezar, intentaría reforzar la autoestima un poco más, porque eso no se consigue en un día y ya está. Es un proceso largo pero muy interesante y enriquecedor.
Ánimo, que el primer paso es ser consciente de lo que nos pasa para poder cambiarlo si nos perjudica, y tú eso ya lo has hecho ¡valiente!
Estoy al otro lado para lo que necesites.
Un abrazo
Muchas gracias, Tania, por el artículo.
Me resultan muy enriquecedoras este tipo de lecturas!!
En mi caso, hay ciertos hábitos que llevo tiempo intentando cambiar, y lo he intentado siempre procurando ser más «dura/disciplinada/rígida» para conseguir mis objetivos y, tras la frustracion de no lograrlos, siempre he pensado que me faltaba más dureza, más disciplina y más rigidez. Es en este punto este punto en el que me tengo que enfrentar a estos enemigos psicológicos que mencionas, que son totalmente contraproducentes… Y es muy importante tenerlo en cuenta!
De todo lo que has escrito, me quedo con los siguientes consejos:
– Contra el perfeccionismo: «better done than perfect!»
– Contra la frustración: «objetivos realistas y uno a uno»
– Contra el autocastigo: «amarme es la mejor manera de hacer lo mejor para mi en cada momento»
Hola Ana!
Has entendido a la perfección lo que quería trasmitir y eso me alegra mucho.
Yo también era de las que cuando no conseguía lo que se había propuesto pensaba que necesitaba más disciplina y rigidez, cuando lo que necesitaba era más amor.
Hay personas a las que lo de la rigidez le puede funcionar, pero esa no soy yo desde luego. Y veo que tú tampoco 😉
Muchas gracias por dejar un comentario tan valioso!
Un abrazo
Muchas gracias, Tania, por el artículo.
Me resultan muy enriquecedoras este tipo de lecturas!!
En mi caso, hay ciertos hábitos que llevo tiempo intentando cambiar, y lo he intentado siempre procurando ser más «dura/disciplinada/rígida» para conseguir mis objetivos y, tras la frustracion de no lograrlos, siempre he pensado que me faltaba más dureza, más disciplina y más rigidez. Es en este punto este punto en el que me tengo que enfrentar a estos enemigos psicológicos que mencionas, que son totalmente contraproducentes… Y es muy importante tenerlo en cuenta!
De todo lo que has escrito, me quedo con los siguientes consejos:
– Contra el perfeccionismo: «better done than perfect!»
– Contra la frustración: «objetivos realistas y uno a uno»
– Contra el autocastigo: «amarme es la mejor manera de hacer lo mejor para mi en cada momento»
Un saludo!
Hola, excelente artículo; esta muy sencillo de entender y profundo a la vez. Nuestros problemas que vemos a diario es la punta del aiceberg de lo que en realidad sucede en el interior. Puedo decir que yo también me auto castigaba por no creer que podía lograr cambiar mis malos hábitos frente a la comida. Sin embargo ser un poco más analítica de mi actuar, me dí cuenta que desde niña me auto flagelaba incluso físicamente por la muy detestable culpa y perfeccionismo. Estos enemigos sólo producen como menciona el articulo desesperación y pesimismo frente a la vida. En mi caso personal me demoré años en comprender que mis decisiones tienen un porqué en mi falta de autoestima y que mi autoestima estaba siendo literalmente saboteada por los enemigos mentales. Estos enemigos no están por si solos son detonados por vivencias y pensamientos encapsulados en nuestro subconsciente. Me alegra saber que tiene solución y que aunque no puedes cambiar tu pasado y la mala decisión ( fumar, comer, procrastinar) de antes, sí puedes mejorar tu presente y futuro, que lo peor que uno puede hacer contra uno mismo es no aceptarse y perdonarse los errores. Muchísimas gracias por el blog y por la redacción de este tema. La mayor parte de nuestro futuro se construyó según el enfoque que le damos a nuestro pasado y la dirección que le damos a nuestro presente. Un gran saludo
Precioso testimonio Macarena!
Desde luego que nuestra conducta de hoy viene marcada por acontecimientos del pasado. En ese pasado fue donde se forjó nuestra autoestima y donde nos enseñaron que equivocarse era malo y había que pagar por ello. Así que cuando hacemos esas cosas «malas», ya no hace falta que nadie nos castigue porque nos sale de forma natural.
Pero ¡claro que se puede cambiar!
He insistido y sigo insistiendo mucho en que la base es nuestro propio amor. Por más que intentemos cambiar nuestros hábitos nos servirá de poco si no nos queremos. Porque una persona que no se quiere tiene que esforzarse mucho para proporcionarse cosas positivas, puesto que en el fondo cree que no las mereces.
A mí también me llevó muchos años comprender estas cosas, y eso no significa que la hayas solucionado del todo y ya sea perfecta. Pero sí que al entenderme mejor puedo actuar de otra manera en muchas ocasiones. Al conocerme mejor sé qué es lo que necesito en cada momento. Y como me quiero mucho, entiendo que no soy perfecta y que por mucha evolución que haya en mí nunca lo seré. Amor, aceptación y comprensión hacia nosotras mismas, para que de ese modo nos cueste mucho menos cambiar de hábitos.
Muchísimas gracias por enriquecer esta «conversación».
Un abrazo
Hola Tanias!
Qué interesante el artículo y este blog que no conocía. Me ha encantado el punto de que el autocastigo mina nuestra autoestima, y cómo no somos si quiera conscientes. El otro día alguien me dijo que la autoestima es una falacia y está sobre valorada. Cortocircuité un poco por lo que estaba oyendo pero en seguida volví a mí para descubrir que aquella afirmación venía de alguien que carecía de amor y valoración hacia sí mismo.
Estoy totalmente convencida de que ese amor propio es algo que se enseña, y aquella conversación me enseñó que en lugar de condenar esos comentarios, prefería escuchar y entender otros puntos de vista, y quizá así ayudar a esa persona a ganar un poco de confianza 😉
Un abrazo a ambas y gracias por compartir tanto saber.
Hola Elena!
Sí, probablemente esa persona carecía de amor. Una persona que se quiere y ama lo que le rodea no creo que utilizase esas palabras.
Hiciste muy bien en respetar su opinión, nunca se sabe de qué personas podemos aprender las mayores lecciones.
Mi experiencia me dice que el auto castigo es una barrera muy gruesa que nos impide alcanzar lo que queremos y que, por tanto, acaba con nuestra autoestima sin que ni siquiera sepamos que eso está pasando.
Me he castigado de manera inimaginables pensando que lo hacía justamente por mi bien. Auto castigo, auto engaño, auto estima…un concesionario voy a montar a ver qué pasa 😉
Gracias por comentar Elena!
Muuuuuuuá
Jajaja GRACIAS!
Totalmente de acuerdo contigo! Creo que esos son mis principales tres enemigos, muchas veces no quiero romper la dieta ni un dia y se supone que tenemos que tener un dia para darnos un gusto, pues cuando como por ejemplo un trozo de pizza me siento culpable y se que puedo hacerlo pero de igual manera siento que estoy fallando en algo, tambie cunado me coloco una meta y no pierdo el peso deseado me siento muy mal y a veces son 100gr pero de igual manera hay algo en mi que me hace sentir mal por ese pequeño detalle. Excelente post espero sigan con tan excelente contenido!
¡Te entiendo perfectamente! A mí me pasaba exactamente igual, me exigía demasiado y por ello mi autoestima cayó en picado. Cuando nos exigimos tanto renunciamos a muchas partes de nosotras mismas que nos benefician mucho más. Dejamos de ser comprensivas, nos convertimos en nuestro peor enemigo.
Me encanta que te hayas dado cuenta de cómo funcionas porque tener conciencia de lo que nos pasa es la única forma de poder arreglarlo. Pero ahora no te exijas tener que arreglarlo todo hoy, ¿eh? 😉
Un abrazo